Por Beatriz Vignoli. Página 12


Renovado, abstracto, "chino" y lleno de color: así comenzó la temporada 2012 el proyecto Cultura Pasajera (Córdoba 954, pasaje Pan) que retomó las actividades de su séptimo año el pasado 15 de marzo. Los antiguos espacios El Cubo y La Trastienda, demolición de paredes de por medio, quedaron unidos en una única sala, denominada ¡Brutal!, que alojará exposiciones individuales. La primera es la de dibujos en pastel al óleo sobre blackout de Nadia Drubich (Rafaela, 1982). El gesto construye espacio a través del color en sus dibujos abstractos cuyos grandes planos decorativos evocan formas naturales (flores, follajes, plumajes de pavo real, alas de mariposas) y al mismo tiempo continúan la tradición moderna, expresionista abstracta, del campo unificado y potencialmente infinito donde quedan abolidas las jerarquías compositivas entre la figura y el fondo. Con oficio y con la armonía de su paleta (como los maestros de antes), Drubich logra que la protagonista de su obra sea la belleza del color. Luego de residir de dos décadas en Buenos Aires, Emilio Torti regresó a Rosario, donde había sido formador de artistas. Su taller, en los años 80, albergó exposiciones y conferencias de jóvenes artistas y críticos de arte. Torti halló en años más recientes una síntesis conceptual y espiritual en su obra, consagrada a explorar y señalar "la interdependencia de todas las cosas" y su "armonía sobre el caos aparente", como escribe Rodrigo Alonso en el texto que acompaña su muestra en La Vitrina del pasaje. La muestra consiste en un único dibujo (blanco sobre negro) que se continúa en piezas más pequeñas en la trastienda. En esas obras concisas y misteriosas algo que parece un pensamiento en sistemas genera imágenes como de galaxias en medio del universo, y la abstracción es gesto expresivo que reflexiona en acto, en el espacio, sobre las conexiones íntimas que constituyen el devenir.

"Chinitud" fue la palabra que inventaron Silvia Armentano y Héctor de Benedictis para denominar la peculiar estructura de sentimiento que ambos buscan capturar en sus fotos para el espacio Ribuar de la marquería Rivoire. Armentano conjuga sus detalles de un paseo por el barrio chino de Buenos Aires con las pictóricas fotos, deliberadamente fuera de foco, en que de Benedictis convierte sus objetos comprados en la misma China. Películas, canciones, y un texto de Mao Tsé Tung "sobre el tratamiento correcto de las contradicciones" suman al kitsch de la "chinitud", o el imaginario que nos viene a la mente cuando decimos China. Una China que también puede ser Japón: el Oriente. Pero un Oriente vuelto casi abstracto; puro color, ícono y emblema. En 17 segundos y con sólo tres elementos compositivos que cualquier peatón rosarino puede encontrar en una esquina en otoño, Gabriela Galassi cuenta una pequeña historia en la vitrina XS, con tal síntesis que se lee como un haiku visual, dicho en otras tantas sílabas: los segundos pasan, el hombrecito corre, los árboles sin hojas.