Hay canciones que atraviesan un río y hay otras, las menos, que atraviesan un charquito del cordón de la vereda pero tienen más profundidad que un océano.
Viernes 08 de Noviembre de 2019. La Capital, Rosario.
Por Pedro Squillaci
Hay canciones que atraviesan un río y hay otras, las menos, que atraviesan un charquito del cordón de la vereda pero tienen más profundidad que un océano.
Pichi De Benedictis presentó el miércoles su disco "Seis citas sobre el amor y la existencia". Lo hizo en un show intimista, sólo para amigos e invitados especiales en el Galpón de la Música. "Una canción es un pequeño espectáculo, un pequeño drama, un camafeo", escribió Carlos Casazza en el booklet que entregaban en la entrada. Y fue la mejor síntesis de este encuentro.
"En los bosques misteriosos del pájaro carpintero/ hay un perfume que te podría hechizar" cantó Pichi junto a su banda en el tema que da título al flamante material lanzado por BlueArt y que ya está en las plataformas digitales.
Y hubo una suerte de hechizo. Porque Pichi demostró que no hace falta hacer una que sepamos todos para cantarla con su gente. Desde "Gurisito", de Daniel Viglietti, a dúo con Iván Tarabelli haciendo magia con el piano; pasando por "Agua de la luna", con Sandra Corizzo, haciendo magia con la voz; hasta "Peixinhos do mar" (Milton Nascimento), en la que llamó, sin aviso previo, a algunos de sus amigos -entre ellos su compañero de Acalanto Charly Pagura- para que se suban al escenario para hacer palmas, coros o percusión.
El show tuvo un arranque demasiado ecléctico, con un pasaje electrónico no tan amigable a cargo de Silvio Astier y un momento algo telúrico de Federico Leites en "Coplas conmigo", que se disparó demasiado de la esencia sensible y poética que sintoniza Pichi.
Con la banda en pleno, a De Benedictis se lo notó más suelto: Emanuel Hernández en guitarra líder; Lautaro González de Cap en guitarra rítmica; Ezequiel Fructuoso en bajo; Emiliana Arias en batería, más los dos Degrade Nahuel Marquet, en acordeón y Emiliano Cattaneo, en teclados.
Pichi fue recorriendo algunos retazos de su historia solista, desde "Danza de los camalotes", que cantó Leites, hasta "El tortelín y el canelón", de cuyo disco hizo "El luno", en donde se empezó a plasmar en el show esa impronta cancionera que le da identidad.
Hubo mucha ida y vuelta con el público. En la instrumental "Catalina y Catalino" aludió a un chiste familiar con sus hijos y dijo "esta siempre salió mal"; en "A veces" adelantó que "es triste y la catalogo entre mis canciones bobas". Lo cierto es que ni aquella salió mal ni ésta fue una canción boba, pero la gente entró en el juego y lo disfrutó.
Luego de "Cristina y Nadia" -la joyita del nuevo disco- y antes del bis con otra versión de "Luces en la niebla", cerró con "Las flores de tu pollera". De fondo, en la pantalla, se leía una frase de Balzac: "Toda pasión que no se crea eterna es repugnante". Y Pichi cree en la eternidad de sus canciones.