Por Sibila Camps. Clarín, 18 de mayo de 1987.
Músico de amplia formación, De Benedictis no ha querido encasillarse en el terreno clásico, ni en ciertas convenciones de la música popular, sino que ha logrado fusionar lo uno con lo otro, los ritmos del litoral, empleados con frecuencia, están desarrollados mediante armonizaciones ajenas al género, mientras que algunos instrumentos europeos (oboe, clarinete, flauta) se entreveran con naturalidad con los electrónicos. El resultado no es una digna obra del subdesarrollo, sino una expresión fascinante que va asombrando y manteniendo la atención del oyente gracias a una diversificación que no descuida el hilo conductor; un trabajo conceptual que merece ser editado masivamente, y que demuestra que cuando lo que se quiere comunicar está claro, siempre se pueden domarlos medios.